Cuando hablamos de la imagen personal, en muchas ocasiones se centra demasiado la temática en la belleza exterior o si viste bien, la persona. Hay que decir que esto es un error importante porque de lo que estamos hablando es de algo más que la apariencia o la estética.
La imagen personal empieza en un descubrimiento de nosotros mismos. Si sólo lo centramos en la fachada, lo que haremos será presentar a los demás alguien que no somos y que, en la mayoría de los casos, lo único que están haciendo será actuar hacia los demás.
Redescubrirnos significa parar, sentarse frente a nuestro propio espejo y darnos cuenta de quienes somos. Es un proceso muy sencillo y, a la vez, una forma que tenemos de quitarnos de encima todo lo superfluo.
En un primer momento lo que tenemos que ver son los puntos negativos a nivel personal. Qué es lo que nos gusta de nosotros y en qué nos equivocamos. Al mismo tiempo también valorar cuáles son nuestros puntos positivos y que es lo que nos gusta de nosotros. Lo más importante es la sinceridad con uno mismo.
Una vez que tengamos esto claro lo demás es un poco más sencillo. Tenemos que tener en cuenta que lo que nosotros mostremos a los demás es la imagen que los demás recibirán de nosotros, por eso es muy importante ser sinceros con uno mismo a la hora de que nos conozcan.
La imagen personal se basa en unos factores muy concretos: la personalidad, el carisma, vestuario, actitud y la credibilidad.
Personalidad
Cuando nos referimos a la personalidad, nos referimos a que la persona se tiene que mostrar tal como es. Nadie le cae bien a todo el mundo, nadie es feliz las 24 horas del día, nadie está perfecto siempre. Todos tenemos muchas virtudes y defectos y lo que tenemos que hacer es aprovechar lo mejor de cada uno y los defectos, corrigiéndolos poco a poco. Mostrarnos tal cual somos es un punto positivo para nosotros y para la gente que nos rodea y, si la aplicamos a la parte laboral, mucho mejor porque eso crea, en muchos aspectos y situaciones, lazos positivos de confianza que pueden ser muy positivos en el trabajo.
El carisma es algo que se va trabajando cada día, con una actitud positiva y con las ganas de mejorar a nivel individual. La actitud es muy importante, ya que si es positiva, si es buena y la trabajamos ganaremos muchísimo a la hora de lograr lo que queramos.
En cuanto al vestuario, también es importante para la imagen personal. Pero tampoco tenemos que parecer alguien que no somos. Lo mejor es, si tenemos cualquier duda en ese aspecto, contar con alguien que nos ayude, de su punto de vista independiente, con ello.
En cuanto a la credibilidad, es importante que las personas que conozcamos, ya sea en el ámbito privado como en el ámbito profesional, sepan quién tienen delante de ellos, qué confíen en nuestro potencial porque confían en la persona, en quién es, cómo es y en lo que transmite a los demás.